Sunday, March 23, 2008

El vicio del cambio.


A veces me pregunto qué es mejor: si ser conformista o inconformista. Lo de ser conformista es más aburrido, pero el caso es que para darse cuenta de que un conformista es aburrido tienes que ser un inconformista. Lo que quiere decir que siendo conformista no te das ni cuenta de lo aburrida que es tu vida y, por lo tanto, eres feliz. Sin embargo, si eres un inconformista, como es mi caso, siempre quieres estar cambiándolo todo, siempre quieres vivir cosas nuevas y todo esto al final, te trae más penas que alegrías. No porque no hagas mil cosas que te satisfacen infinitamente, sino porque entras en una espiral de la que es difícil salir. Cada vez quieres más y cada vez eres más incapaz de estar en el mismo sitio más de unos meses. Y así estoy yo ahora mismo. No hace ni dos meses que volví de Londres y ya me quiero ir de aquí otra vez.

Así pues, esta es mi condena y mi vicio: vivir queriendo ir a todas partes y queriéndome ir de todas partes.

Ahora llega un momento crítico: hasta que no acabe mi proyecto no puedo moverme. Y esto es como dejar el tabaco: el enganche es más psicológico que físico, pero cuesta dejarlo una barbaridad. Lo que hay que hacer es dejarlo de golpe y no volver a probarlo nunca. Pero yo no sirvo para dejar los vicios y ya me he preparado un cigarro para dentro de un par de meses: me voy a Hong Kong.
Mientras tanto estaré postrada frente a mi máquina, encerrada a cal y canto en mis aposentos,...... aunque intentaré que esta época de abstinencia dure lo menos posible. O eso, o me inicio en el conformismo...........que posiblemente tenga más ventajas.