Llevo días dándole vueltas al concepto de paciencia... A lo que significa, a lo que supone,....al valor que tiene.
Lo que sin duda está claro es que la paciencia es prima hermana a pies juntillas del tiempo. Es la capacidad de esperar; de esperar el momento correcto, de esperar el progreso de algo, de esperar el fin de periodos personales raros (de uno mismo, del prójimo o de todos mis compañeros y por mí primero) y para esperar hay que dejar pasar el tiempo, dejarlo correr libre, con sus minutos, sus segundos y sus horas .......y todo esto sin decir ni mú y confiando ciegamente en que nuestra espera nos irá llevando a donde corresponde... Y, claro, mire usted.... cómo carajo confiar en el tiempo y la paciencia si no tenemos certeza NINGUNA de que saldremos airosos del batalleo?
Pues eso mismo digo yo que he sido impaciente toda la vida.... Hasta que de repente un día te reanalizas, te remiras , te retocas y te reencuentras...Y al reconocerte (o triconocerte, váyase usted a saber) te das cuenta de que el tiempo te ha dado paciencia.... Y de que esa paciencia vale MUCHÍSIMO. Porque esa paciencia (que no viene más que de la experiencia de ser impaciente) hace lo que la impaciencia jamás te dejó hacer: TE AHORRA TIEMPO.
Y puede ser paradójico, pero esto, señores y caballeras, esto es una verdad siete veces más fuerte que tú y veloz. Porque con el tiempo uno aprende que los castillos en quince minutos se derrumban, que correr detrás de humos blancos nos deja ciegos, que echar a volar sin alas nos estampa contra la pared de enfrente y que si uno no espera al momento adecuado entonces éste se desvanece como una gota en un vaso de agua... Y no vuelve más...
Y, dios me libre de una mala interpretación por parte de mis queridos chachilectores , porque por supuesto que hay que construir castillos....castillos altísimos , y hay que correr detrás de humos de colores y hay que volar hasta que no sepamos ni dónde queda ya el suelo.... Pero sin duda hay que hacerlo con paciencia, siempre analizando el cómo, el dónde y el porqué ....pero, si me permiten ustedes un consejillo, sobre todo sobre todo sobre todo , hay que analizar el CUÁNDO. Porque es el cuando el que vale,
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es el CUÁNDO el que te da alas....
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y si me equivoco pido mil disculpas, pero esto salió de mi alma inmortal con amor...
Y oigan, oigan qué pena... que nadie escarmienta en cabeza ajena...
Buenas noches.