Qué de cosas se trasmiten con cuatro frases aparentemente absurdas, miren ustedes.... Para que luego digan que revolotear en nuestras mentes no tiene sentido. Aquí lo dejo, señores y caballeras. Y con un sonrisón en el alma y la boca me retiro a mis aposentos.
Y, oiga, le quería decir yo algo.... Gracias, Augusto...
La fe y las montañas
[Minicuento. Texto completo.]
Augusto Monterroso
Al principio la Fe movía montañas sólo cuando era absolutamente necesario, con lo que el paisaje permanecía igual a sí mismo durante milenios. Pero cuando la Fe comenzó a propagarse y a la gente le pareció divertida la idea de mover montañas, éstas no hacían sino cambiar de sitio, y cada vez era más difícil encontrarlas en el lugar en que uno las había dejado la noche anterior; cosa que por supuesto creaba más dificultades que las que resolvía.
La buena gente prefirió entonces abandonar la Fe y ahora las montañas permanecen por lo general en su sitio. Cuando en la carretera se produce un derrumbe bajo el cual mueren varios viajeros, es que alguien, muy lejano o inmediato, tuvo un ligerísimo atisbo de fe.
FIN
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